LÍMITE
El límite del otro,
el límite de uno con el otro,
debe ser respetado.
Para ello
no hay otra que la violación.
Entre uno y otro
se puede negociar, tocar el piano,
bailar, hablar o cualquier otra
clase de regateo.
Eso sí, cada cual
dispuesto siempre a desaparecer.
El límite del otro,
el límite de uno con el otro,
debe ser respetado.
Para ello
no hay otra que la violación.
Entre uno y otro
se puede negociar, tocar el piano,
bailar, hablar o cualquier otra
clase de regateo.
Eso sí, cada cual
dispuesto siempre a desaparecer.
CUALQUIER DÍA DE ESTOS
Por lo que sé, la noche
refiere a muchas cosas,
entre otras, la vida familiar,
la consabida soledad,
el sabor de las ciruelas,
el agua simple,
farándula privada con el cielo,
los textos ya sabidos
pero igual repasados,
el cándido aprender del ala
de los pájaros.
Sépase que el día también habla
pero no dice nada.
Eso está en nuestras manos.
PROPUESTA
Tú tenés que contarme de a poco
con la lengua
la verdadera historia
de mi cuerpo.
Yo te cuento,
si me contás
(ya lo verás)
también te cuento.
¿Qué te parece ahora
si nos callamos poco a poco?
LLEVAR UN SUEÑO
Yo comienzo a tener una mujer
igual que Pedro Salinas:
por los pies.
«Los sueños siempre empiezan
a morirse por los pies
que no quieren ya llevarlos».
Llevar un sueño es algo
extrañísimamente delicado,
por tanto
hay que guardarlo
como quien mira a alguien
que se aleja.
¿Cómo se van a ir solas
las cosas,
la mujer
Por lo que sé, la noche
refiere a muchas cosas,
entre otras, la vida familiar,
la consabida soledad,
el sabor de las ciruelas,
el agua simple,
farándula privada con el cielo,
los textos ya sabidos
pero igual repasados,
el cándido aprender del ala
de los pájaros.
Sépase que el día también habla
pero no dice nada.
Eso está en nuestras manos.
PROPUESTA
Tú tenés que contarme de a poco
con la lengua
la verdadera historia
de mi cuerpo.
Yo te cuento,
si me contás
(ya lo verás)
también te cuento.
¿Qué te parece ahora
si nos callamos poco a poco?
LLEVAR UN SUEÑO
Yo comienzo a tener una mujer
igual que Pedro Salinas:
por los pies.
«Los sueños siempre empiezan
a morirse por los pies
que no quieren ya llevarlos».
Llevar un sueño es algo
extrañísimamente delicado,
por tanto
hay que guardarlo
como quien mira a alguien
que se aleja.
¿Cómo se van a ir solas
las cosas,
la mujer
o los sueños?